Remiendo. Un remiendo de payaso.
Al
pensar en manualidades, diversión y creatividad, viajo de inmediato a mi
infancia, cuando tenía cerca de 9 años y mi mayor cómplice en mis aventuras era
mi abuela. Jugar con colores, con texturas, reunir todo tipo de retazos y de
implementos que creemos que no usaremos más, para crear un nuevo juego, un
nuevo instrumento de aventura, una nueva herramienta para viajar junto a mi
imaginación.
Es
así como, al pensar en el cómo hacer una marioneta, recordé una de las muchas experiencias
junto a mi abuela en la que con nuestras propias manos construíamos juegos para
mí y para los demás niños integrantes de nuestra familia. Llegando a un curioso
payaso que hacíamos cada vez que un nuevo integrante llegaba a la familia, y
así darle la bienvenida con un detalle lleno de color y, principalmente, mucho
amor.
Remiendo, como decidí llamar a mi nuevo amigo, es un
payaso colorido, hecho de pelotitas de pin-pon (o pinpolinas), hilo elástico,
manos y pies de tela, cabeza de icopor y cabello de lana. Es un payaso muy
flexible y sonriente, aunque su rostro en esta ocasión puede causar un poco de
temor a quién lo ve, puesto que al darle un sonrisa, no contaba con un sin
color para ponerle sus brillantes dientes blancos y resaltar su preciosa sonrisa.
Así, si vemos su rostro, quizá no encontremos un payaso feliz como en el de
todas las fiestas, sino un payaso enigmático que esconde una sonrisa bajo un
extraño rostro sin expresión definida.
Lo
más complicado para la construcción de Remiendo fue la perforación de la
primeras pinpolinas, ya que inicialmente las perforé con una aguja gruesa, pero
no había espacio suficiente para pasar el hilo. Era muy complicado hacer la
fuerza. Se corría el riego que las pelotas se quebraran y ya no sería un lindo y
colorido payaso, sino un roto y triste payasito. De ahí en adelante, todo fue
recordar los detalles de mi abuela y construirlo por completo. Perforar todas
las pimpolinas, atravesar el hilo por todos los huequitos hasta formar las
piernas, los brazos y el cuerpo. Aparte, con retazos de tela, moldear los
piecitos y manitas, luego cocerlas por fuera y voltearlas, y rellenarlas con
retazos pequeños de tela, y finalmente cerrarlos.
Para
finalizar el cuerpo, se pegan las manitas y piecitos a los brazos y piernas,
con silicona. Y para dar un detalle más brillante y bonito, se colocan
lentejuelas alrededor de la unión de manos con brazos y pies con piernas.
Luego
para la cabeza, se toma una bola de icopor, más o menos del doble del tamaño de
las pimpolinas, se forra con cualquier papel suave, de color piel o rosa. Se
pinta la cara con marcadores (en mi caso tomé de guía un rostro de payaso que
tenía en mi computadora). Si nunca han hecho una cara de payaso, pueden pedir
ayudar a un amigo o amiga (Yo lo hice :P). Para hacer el cabello, cortas
tiritas pequeñas (de 4 cm aproximadamente) de lana, y las pegas en la parte
superior de la cabeza, de tal manera que caiga como una peluca. Y finalmente
pegas la cabeza al cuerpo con mucha silicona, para que con el movimiento no se
despegue. Para asegurarla mejor, puedes atravesar un hilo desde el cuerpo hasta
la parte superior de la cabeza.
Después
de terminado nuestro payaso, viene, lo que creo fue la parte más difícil,
atravesar los palos que sostendrán la marioneta de nuestro payaso Remiendo.
Pueden utilizar palitos de madera, pero es mucho más fácil trabajar con palos
de balso, son menos duros y más fáciles de perforar; Con una aguja gruesa,
atravesada con hilo Nailon, o con una cuerda delgada, hay que hacer un poco de
presión para atravesar la madera, siempre teniendo cuidado de no torcer la
aguja y de no lastimarnos.
Los palos deben ir pegados en cruz con un adicional
horizontal en la parte superior, como se muestra en la figura siguiente:
Finalmente,
unimos las manos de Remiendo (o de su payaso) a los extremos centrales de la
madera pegada, los pies a los extremos superiores y la cabeza al centro de la
Cruz, y así tendremos nuestra linda marioneta de payaso.
Ahora... ¡A jugar!